jueves, 5 de mayo de 2011

El diamante "Hope".



La leyenda negra de una joya de belleza extraordinaria.

Azul intenso, del tamaño de una nuez, rodeado de diamantes.

El diamante “Hope” es una de las gemas más hermosas de cuantas se conocen. Sin embargo, esta belleza llevó a la perdición a casi todos sus propietarios, y se queda pequeña si la comparamos con la leyenda que le acompaña. Una historia con lagunas, pero que lo que se sabe…

Su historia está plagada de misterios, extrañas e increíbles coincidencias y muertes inesperadas. Por ello, no es de extrañar que se le considere una gema maldita.

*Aunque existía mucho tiempo atrás, la leyenda comenzó en el S. XVII, de la mano del marchante de joyas Joseph Tavernier. Estaba de viaje por la India, cuando un amigo le comentó la existencia de una gema de extraordinaria belleza, que se hallaba en la cabeza de la figura de Buda, en el templo de Ananda. Cuando la vio, quedó tan extasiado por el brillo violáceo de la gema, que no dudó en robarla y venderla en Europa. Debió de pensar que esa joya, sólo debía estar en manos de un rey, ya que se le ofreció al Rey Luis XV, antes de morir trágicamente devorado por un tigre.

Después pasó a manos de Luis XVI, y a su muerte, de Luis XVII. Este último se la regaló a su mujer, María Antonieta. Como ya se sabe, ambos murieron decapitados, y durante la Revolución francesa, el “Hope” fue robado.

Volvemos a tener noticias de él en 1939, cuando el coleccionista de joyas sir Henry Philip Hope lo compró fascinado por su belleza. De él tomó el nombre con el que se le conoce hoy. Sir Henry murió y, tras algunos años pasando de padres a hijos, sembrando la desgracia a su alrededor con muertes misteriosas, el diamante acabó en manos del joyero Piere Cartier en 1990, quien se lo ofreció a la multimillonaria americana Avalyn Walsh McLean. Esta, cuando vio el diamante por primera vez lo rechazó, pero tas un segundo ofrecimiento, no se pudo resistir y no volvió a quitárselo del cuello, aun conociendo la leyenda negra que lo acompañaba. Evalyn quedó viuda al poco tiempo y sus dos hijos murieron también, pero no se deshizo de la joya. En 1949, el “Hope” pasó al joyero Harry Winston, que decidió que la belleza de la joya era digna de compartir con el mundo entero. Así que viajó de exhibición en exhibición, hasta que, en 1958, Winston decidió donarlo al Smithsonian Natural History Museum, donde, por el momento, se ha puesto fin a su andadura y a las desgracias que, desde que fuera robada, en su templo hindú, se sucedieron a su alrededor.

*El diamante “Hope”, de talla brillante oval y 45´52 quilates (de peso), está rodeado de diamantes incoloros en diferentes tallas; entre los cuales destaca aún más su color azul intenso.

Hace pocos años se descubrió que es la mitad de otra gran gema de 115 quilates.



Esta actualización se la dedico a Arantxa, que quiere que esto sea un poco como "Cuarto Milenio", pero con gemas, joyas, o cualquier utensilio histórico ;)
(L)

3 comentarios:

  1. Gracias preciosa por esa dedicacion y por hablar del "Hope". Y ante todo mucha suerte con el blog que te esta quedando muy interesante. Cuando no se te ocurra que poner yo tengo mil peticiones ^^ y no todas frikis XD

    Esque a quien se le ocurre robar en un templo... normal que este "maldito" su destino era y es ser disfrutado por muchos y no ansiado de esa forma que tienen los ricos de ansiar las cosas... "Lo quiero lo tengo"

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  2. es precioso el diamante pero q yuyu me da la historia!

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  3. Arantxa:
    Yo también lo creo, si no... no habría otra forma de explicar, que al único que no le pasara nada, fuese a su último dueño, que decidió que había que "enseñarlo al mundo". Es mi joya preferida, de siempre, y tenía pensada esta actu... Sólo tenía que dedicártela, por que también es la primera que hago de este estilo.
    Hay demasiadas gemas, como para que me quede sin ninguna de la que hablar, ¿no crees?
    Pero si quieres dar ideas, o hacer peticiones, puedes siempre... En cualquier momento.
    De nada.
    Cris:
    La historia, lo único que dice, es que no se debe robar. Esas cosas están protegidas... Es como las Pirámides de Egipto.

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