El martillo de Thor.

El martillo del dios vikingo Thor, es uno de los talismanes más populares de Escandinavia. La leyenda cuenta que, con él, esta fiera divinidad protegía a los hombres y también al resto de los dioses nórdicos de temibles gigantes, procedentes de los desconocidos territorios donde reinaban el frío, el hielo y la nieve.

Thor, hijo de Odín, se preocupaba de velar por la seguridad de los seres humanos y de todas las demás divinidades vikingas, recorriendo los cielos de Escandinavia en su magnífico carro. Para ello, contaba con Mjohnir. Sus cualidades eran extraordinarias: nunca se rompía, siempre daba en el blanco, y como si de un boomerang se tratase, siempre volvía a las manos de su dueño.

El culto a Thor se extendió durante la época vikinga (S. VIII- XI), convirtiéndose en el dios más venerado. Los vikingos fueron navegantes y guerreros que surcaron los mares, con intenciones colonizadoras, por lo qué Thor se convirtió en su dios protector, y en el garante de su fuerza.

En la actualidad el martillo de Thor, sigue siendo un amuleto tan popular, como lo fue hace 1000 años.

La popularidad del martillo, sigue vigente, a pesar de la controversia creada, debido a que os jóvenes de extrema derecha de Suecia lo utilizan como símbolo de sus grupos. Pero son muchos los que defienden, que es un símbolo de cultura que hay que proteger y, no vincular con la política.

*El martillo de Thor, que antaño protegía al os fieros vikingos de los enemigos (incluyendo como enemigos el hambre y el frío), hoy en día es un amuleto, que además de dotarnos de fuerza y energía para cualquier proyecto que emprendamos, nos asegura una próspera y feliz vida con la persona amada. Favorece la salud, y protege contra miedos, melancolía y tristeza.

*Este amuleto puede estar fabricado en distintos materiales: oro, plata, bronce, cobre, cornalina, etc… También hay distintos diseños, desde el más realista, al más complejo.



*El origen etimológico de Mjohnir es incierto. Se cree que procede de dos antiguos términos nórdicos: “golpear” y “relámpago”, dos conceptos que desde luego, le van muy bien si tenemos en cuenta la leyenda del dios Thor.