El jaspe es una variedad mineral que está formada por cristales de cuarzo entrelazados. Así, podemos encontrar jaspes de distintos colores. En este momento hablaremos del “cebra rosa”, esto es más un nombre comercial que otra cosa. Ya que también podemos encontrar el “jaspe dálmata” o el ”jaspe arlequín”, simplemente, se les pone el nombre de lo que nos recuerdan.
Esta piedra, en bruto es áspera y rugosa, pero el pulimentado la deja perfecta para convertirla en abalorio o joya. Así mismo también se utiliza con fines ornamentales, para encimeras, chimeneas, revestimiento de muros o figuras para adornar.
Durante el renacimiento, cajitas donde colocar los maquillajes, o perfumes, como joyeros o mangos para espejos de plata, eran algunos de sus fines.
Los principales yacimientos de esta piedra se encuentran en Alemania, Madagascar, India y Sudáfrica. Aunque en España, se puede encontrar en lugares como Cataluña y Aragón.
*Esta gema se utilizaba en la Edad Media, ya que se creía que ayudaba en la debilidad de cualquier enfermedad infecciosa, y el estrés. También, se le adjudicaba el poder de ayudar a superar la depresión, o el miedo al fracaso. O incluso las reticencias sobre el futuro.
Los romanos hacían colgantes con esta piedra y la montaban sobre cobre, que lucían al cuello, para curarse los problemas intestinales o cutáneos.
*Hoy en día, se hace un mayor hincapié en sus poderes sobre el control de las emociones y los sentimientos, y por esto, se suele recomendar a personas tímidas o inseguras para superar el miedo a los exámenes o a entrevistas de trabajo. También se la considera útil en situaciones de incertidumbre sentimental.
Esta entrada se la dedico a Patricia, por qué creo que le vendría bien su uso. Ella sabe porqué. Aunque creo que nos vendría bien a muchos en algunas situaciones.
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