Esta piedra azul, descubierta hace relativamente poco tiempo, está considerada una piedra semipreciosa y rara. Ya que sólo se encuentra en República Dominicana.
Historia:
En 1916, según datos históricos recolectados por las autoridades mineras dominicanas, el sacerdote Miguel Domingo Fuertes Loren, quien en aquel momento era párroco de Barahona, fue el primero en descubrir la roca azul. El 22 de noviembre del mismo año, solicitó un permiso para explorar y explotar la mina, pero éste fue rechazado ya que en el país no se conocía esta piedra, ni se le daba valor.
En 1974 en una playa de la costa de Barahona, Miguel Méndez y Norman Rilling, un voluntario del Cuerpo de Paz, redescubrieron el larimar. Los habitantes de la zona que pensaban que esta roca provenía del mar, la llamaron Roca Azul. Sin embargo, su apelativo actual se lo debemos a Méndez, quien unió el nombre de su hija, llamada Larissa y la palabra mar, por los colores del agua del Mar Caribe donde fue encontrada, formó la palabra Lari-Mar. Las pocas rocas que encontraron eran restos que habían sido arrastrados hasta el mar por el Río Bahoruco. Luego de una búsqueda, se encontró el origen de las rocas, que se convirtió en la mina Los Chupaderos. Este lugar es el mismo que había encontrado el sacerdote en 1916.
Piedras de larimar.
En gemoterápia:
Se dice que el larimar guarda dentro de sí la esencia del agua y del aire: el agua, está relacionada con las emociones del corazón y el aire, está conectado con las emociones de la mente. La perfecta simbiosis entre el pensamiento y el sentimiento: en el larimar se establece una conexión de paz, que une la mente y el corazón, con el color azul de la tranquilidad.
Aporta serenidad, claridad y pensamiento constructivo, así como creatividad. Ayuda en traumas relacionados con el corazón, conecta con el espíritu y la energía alegre de la infancia.
También, se menciona que podría facilitar el parto.
Gargantilla de larimar.